martes, 29 de abril de 2008

Quemazones...

Tengo una semana para terminar mi tesina. El 7 de mayo mi tutor quiere la "versión final". Claro que igual habrá algunas pequeñas correcciones y la versión final final la tengo que entregar el 19 de mayo, pero no cambia el hecho de que: tengo una semana para acabar la tesina.

Durante esa semana también trabajaré tres días, saldré a manifestaciones (por el 1 de mayo) y mañana "¡vamos a quemar los bosques!", como dice mi querido latino. Porque mañana es la noche de Walpurgis, o 'Valborg' como decimos en sueco. Así que vamos a prender fuegos, asustar a las brujas y dar la bienvenida a la primavera.

Aunque hoy no parecía primavera sino verano. Estuve en el balcón una hora al mediodía y me quemé como boba. Parezco tomate. No pensaba que era tan fuerte el sol de abril. Me arde y me pica la piel. Mi novio aprovecha la ocasión para nombrarme... piel roja.

Así que por el momento paso media estrasada. No sé cómo lograré hacer todo, pero sí lo lograré. De experiencia sé que al final las cosas suelen arreglarse.

viernes, 25 de abril de 2008

Una recomendación

Queridos amigos blogueros, visitantes, etc.,
Varias personas me han dicho que escriba más sobre Suecia, este país pequeño y exótico que queda a lado del polo norte. Parece que el asunto de los zapatos les ha causado asombro. ¿Por qué hay que quitárselos al entrar a una casa ajena? Me puedo imaginar otras preguntas... ¿Por qué pagamos tantos impuestos? ¿Realmente hay osos polares caminando por las calles? ¿Todas las suecas son rubias? ¿Qué es eso de ABBA? ¿Volvo? ¿H&M? ¿Quesos, chocolates y relojes? (Por si acaso, eso último es Suiza y no Suecia. Aunque si tenemos ricos chocolates. Y ricos quesos. Sólo que no son famosos.) ¿Somos más fríos que los latinos? ¿Qué es la Ley de Jante? ¿Por qué nos gusta tanto la puntualidad?

¿Qué más quieren saber? Pregúntenme. Prometo leer todas las preguntas y si es posible incorporarlas en un futuro post. :)

Hasta el día que tenga tiempo de complacerles su inmensa curiosidad sobre Suecia (no será tan pronto ya que ahora ando full ocupada con mi tesina), les recomiendo un blog vacano de una chica argentina que vive con su esposo sueco e hijos en la parte oeste de Suecia. Se van a cagar de la risa. Lean por ejemplo Lo que me gusta y lo que no y Idiomas.

miércoles, 23 de abril de 2008

Cómo llegué a tener otro nombre más


A la hora de dormir:

–¿Qué era eso en la ventana?
–Una araña no más.
–¿UNA ARAÑA? ¡No me digas!
–Sí te digo.
–Pero, ¡una araña!
–Ya hace tiempos que vive allí, tiene su casa y todo.
–¿Y cómo sabes?
–¡Ah! Ya conversé con la man, somos amigos.
–Pero no me gusta.
–Déjala no más, no te hace nada.
–¡Pero era grande!
–Chiquita es, qué va a ser grande.
–Uuuu...
–Ya, vente a dormir mi araña, no pasa nada.

martes, 22 de abril de 2008

Mi barrio

El sol de primavera no me dejaba en paz hoy, tuve que salir un rato...






viernes, 18 de abril de 2008

¿Cuándo será hora?

Como el lector atento ya podrá haber notado, trabajo en una librería. Es un trabajo absolutamente vacano. Queda cerca de mi casa (a diez minutitos caminando), los colegas son cheveres, la mayoría de los clientes también, y además trabajo con mi gran hobby - libros. Este post, sin embargo, no se tratará de libros, sino de otra cosa que veo con casi la misma frecuencia que libros en mi trabajo. Hablo de niños. Los veo por todas partes. Y si no veo ninos, veo mujeres embarazadas.

Y no puede negar que eso me está dando ideas.

Vista con ojos suecos soy joven para tener hijos. Desde punto de vista latino no tengo porque esperar más.

Sin duda hay muchas cosas que por el momento lo impidan. Mi novio y yo vivimos todavía en la casa de mis papás, estudiamos (él sueco, yo español) y a pesar de trabajos extra no tenemos la estabilidad económica como para poder cuidar a un bebé.

Sé que se puede superar todo eso, y que si hubiesemos querido ser padres ahora, en serio, lo podríamos ser. Pero también sé que es cierto lo que dijo mi amiga, que tuvo su primera hija temprano y no tan planificadamente y que ahora tiene otro en camino: "Nosotros nos amamos mucho, y E. (el padre de los hijos) y yo siempre les daremos amor a nuestros hijos. Pero, claro, todo hubiese sido mucho más fácil si no tuvieramos siempre que preocuparnos de cómo pagaremos el arriendo, cómo haremos para poder comprar una nueva chompa para la bebé..." Ella misma me ha dicho que mejor esperemos.

Y es lo que haremos por el momento. Porque no son sólo cosas materialistas que nos detienen. A pesar de las ganas que a veces sentimos, tanto él como yo, pienso que todavía me falta. Todavía no me siento preparada a dedicar todo mi tiempo y energía a otro ser. Quiero desempeñar el papel principal de mi vida un rato más.

Tengo amigos blogueros que seguramente pueden afirmar la felicidad de ser padre o madre, hablo de Caminante, Juanpi y Pablo David, con sus respectivos Chica-grande y Chica-chica, Juanito y Cajoncito... Y otros que, al igual que yo, no se han animado, por lo menos no hasta ahora (¿o estoy malinformada, Au pair, Ximena, GQ...?). Sería interesante saber qué dicen al respecto...

domingo, 6 de abril de 2008

Locuras cotidianas

Escenario: Un día normal, a la hora del almuerzo. En la mesa el encebollado preparado por el novio latino, los dos sentados.
Protagonistas: El novio latino y la suequita.

Novio: ¡Qué rico encebollado! Qué suerte la tuya, haber encontrado un macho como yo. ¿Quién te va a preparar un encebollado como el mío, eh?
La suequita, concentrada en la comida, que en verdad está rica, no le hace caso.
Novio: Tienes que decir: "alábate pato, que más noche te mato".
Suequita: Ya ya... alábate no más.
Novio: Come, pues, come. ¿Quieres más arroz, garcita?
La suequita no contesta y el novio, pensando que quiere más, le pone en su plato. La suequita hace su plato a un lado para que el arroz no se mezcle con el encebollado, el novio piensa que no quiere más y mejor decide ponerse a sí mismo.
Suequita: Es que no quería en ese lado.
El novio (arremedándole con gestos y voz a Michelena): ¡Pero hable, pues, hable!
La suequita, ya pensando en otras cosas, no le contesta. Del aburrimiento, el novio se pone a cantar. Después descubre que su vaso está un poco roto.
Novio (grita): ¡Aaahhrg! ¡Está roto! ¡Voy a vomitar sangre!
Suequita: Ya, tranquilo, no pasa nada.
Novio: ¡Jugemos! (Le tira un cubo de hielo.)
Suequita: Oye, que tú sí eres un caso, ¿no?
Novio: Claro, mi galguito. ¿No te dije que tenías suerte en conseguirte un macho como yo?