lunes, 26 de enero de 2009

Cuando me sorprendo

.
Tratando de arreglar mi cuarto y botando papeles que ya no me sirven, encuentro una monografía entre los papeles viejos de las clases de español en la Universidad. Se llama Reflexiones sobre la relación entre doxa, idioma y género. "Ah, un tema interesante, qué será esto?" digo y me pongo a leer (siempre me agarro a leer cosas en vez de arreglar, es una mala costumbre mía). El texto me parece algo conocido... Echo un ojo en la bibliografía, no conozco los autores que aparecen allí... Sigo leyendo. Y me doy cuenta de que soy YO quien ha escrito ese texto. Es una sensación rarísima volver a descubrir algo que uno ha escrito...

Les doy una prueba de lo que escribí:

Entender la relación entre predominio-poder (masculinidad) y sufrimiento-sumisión (feminidad) es la clave para entender la problemática de la violencia de género. Explica no sólo por qué los hombres pegan, sino también por qué las mujeres no se van. Pensar en los demás, ser considerado, atento, características constructivas y tradicionalmente femeninas, en combinación con la agresividad y el predominio de la masculinidad, se vuelven destructivas y literalmente mortíferas.

Interesante, ¿no?
.

lunes, 19 de enero de 2009

Empecé

.
Es una desición que se ha ido formando desde hace algún tiempo atrás. Solicité por primera vez hace diez meses, pero es una de las carreras universitarias más solicitadas y no me aceptaron esa vez. Este semestre, sin embargo, mis notas del colegio bastaron y el lunes pasado fui por primera vez al Departamento de Psicología de la Universidad de Estocolmo, para iniciar mis estudios.

En Suecia, la eduación es gratis, y eso es una gran ventaja. Sin embargo, todos tenemos que comer, pagar arriendo etc, y por eso hay el studiemedel, la ayuda estatal para estudios. La ayuda se compone de un préstamo y un subsidio, la gran parte es préstamo y ese tienes que devolver cuando ya no estudies (tengas trabajo o no...). Esta ayuda para estudios permite a muchos estudiar, sin embargo es muy poco dinero, y muchos estudiantes trabajan extra mientras estudien. El pagar el préstamo después de la carrera también es una carga considerable, y para muchos es algo que siguen pagando toda su vida laboral. Además debe destacarse que esta ayuda es limitada: tienes máximo doce semestres (o sea, seis años) de ayuda, si deseas estudiar más debes arreglártelas tú mismo.

Yo estoy por el momento en una situación buena para estudiar: no tengo que pagar arriendo, soy relativamente joven y, a pesar de que ya tengo tres años de estudios en la Universidad, no he pedido el préstamo y, por lo tanto, me bastará para los cinco años.

Me siento emocionada por haber empezado esta carrera, porque es un campo que me interesa mucho y sé que cuando acabe tendré una profesión (hay muchas otras carreras que me parecen interesantes, donde saldría con un título académico pero no automáticamente profesional), sin embargo siento algo como... no sé... un poquito de nervios, preguntándome si realmente es lo que quiero, si seré una buena psicóloga, si aguantaré los cinco años (sobre todo en el sentido económico, tendré poca plata), cuándo iremos a poder salir de la casa de mis papás puesto que ahora soy estudiante otra vez, cómo haremos con ese asunto de tener hijos...

Supongo que son dudas "normales", y lo único que puedo hacer es esperar y ver, estudiar lo que más pueda y tratar de ahorrar y no gastar mucho. A pesar de todo es también confortante el decidirme, poner una dirección en mi vida, escoger una profesión. Me siento bien. Empecé. Y creo que me gustará.
.

lunes, 12 de enero de 2009

Afirmaciones y dudas

.
Creo en pensar lo mejor de mi prójimo... no por ellos, sino para tener paz yo misma.

Espero aprender a ser más optimista.

Quisiera llegar a tener siquiera la mitad de la paciencia que poseé mi mamá.

Tengo miedo y anhelo cuando pienso en tener hijos propios.

Pienso cada día que con él que estoy quiero estar, para siempre, y espero que siempre sentiré lo mismo.

Estoy esperanzada, y asustada, al saber que ya mismo empiezo a estudiar mi carrera.

Siento que cada viejita que entra a la librería es mi abuelita, y les quiero a toditas.

Me acuesto siempre demasiado tarde en las noches.

No soy tan atea como antes.

Sigo siendo creyente fanática del amor.

Empiezo a entender que tal vez es lo mismo...

Sigo teniendo frío.

Adoro los tres venados que suelen descansar fuera de mi cuarto en las mañanas.

Pienso que tal vez algún día me casaré.

Me asombra el hecho que mis hijos probablemente hablarán sueco y español desde niños... sin tener que estudiar duro, como hicimos él y yo.

Pienso que tengo suerte.
.

sábado, 10 de enero de 2009

Siete cosas

.
A la invitación general que hizo la querida Chaulafanita voy a revelar siete cosas "graciosas o extrañas" sobre mi misma. Sin embargo, quiero advertirles que, ya que soy una persona extremadamente normal y aburrida, no tengo muchas cosas divertidas para contar. Pero haré el intento. A lo mejor me toca mentir un poco... Chiste no más. Ahí va:

1) Cuando hablo español, hablo como hombre. Bueno, no tanto, pero un poco (como un hombre quiteño bien educado, digamos). Esto, por supuesto, se debe a que le copio a mi novio; lo que él dice, yo también digo. No tengo tan buen sentido de las matices en español como en sueco (naturalmente), así que una palabra "fuerte" en español no me suena tan fuerte como la palabra equivalente me sonaría en sueco.
Comentario de mi novio: "Es que a tí te gusta aprender las malas palabras, si una sola vez se me escapa, ya rapidito te aprendes."

2) Tengo el caracter un poco fuerte. Una vez en Ecuador le hablé fuerte a un militar de la FAE por tratarnos mal (por lo menos así lo considero yo) a mi novio y a mí, creo que se sorprendió feo, porque se quedó calladito y nos hizo el tramite sin una palabra más. En otra ocasión le insulté a un pobre hombre por hablarme todo el tiempo en inglés. Eso fue un poco innecesario, pero realmente daba iras, porque yo hablo muy bien el español y me hablaba en inglés sólo para hacerse el importante.

3) Recién a los veinte años tuve mi primer novio (así que le gano a la Chaulafanita en ser lentita). Tal vez no me creen (puesto la fama que tenemos las suecas) pero es la purita verdad.
Comentario de mi novio: "¡Qué lentos que son estos suecos!"

4) Uh, recién estoy en la cuarta y ya se me están acabando las cosas que contar...

5) Una vez le dije "quieres follar" (en sueco) a una señora, yo ni sabía qué significaba la palabra, sólo que era algo que "no se dice", creo que tenía unos seis años. Mi pobre mami se moría de vergüenza.
Comentario de mi novio: "¡Ya ves, malhablada desde niña, yo no tengo la culpa!"

6) La peor pesadilla que recuerdo desde que era niña era una con un ogro que iba en un globo aerostático sobre un bosque hechizado.

7) A los cinco años, al comer una salchicha sueca gorda que se llama "falukorv", me hice vegetariana por unos cuantos meses, porque me daba pena que mataran a los chanchitos. Mis papás, que son muy amables y considerados, me dejaron no más que no coma carne. A los once años volví a hacerme vegetariana y hasta hoy no como carne.

miércoles, 7 de enero de 2009

Año nuevo, zapatos nuevos

.
Este año tengo planeado ahorrar plata lo que más pueda, y una de las cosas que pensaba tratar de consumir menos era ropa. No es que sea una "shopaholic", y tampoco me gustan las marcas caras, pero de alguna manera quiero cortar gastos, y me parecía que no todo lo que compro debería ser necesario. Además ni tomo, ni fumo, tampoco salgo mucho ni como en restaurantes, así que no sé en qué más ahorrar.

Y pasan apenas siete días del nuevo año, y ¿qué hago? Salgo hoy después del trabajo (que conveniente que trabajo en un centro comercial, ¿no? Debería trabajar en el polo norte, allí no gastaría plata porque no hay donde gastarla...) y encuentro una chompa de invierno bonita que ya tenía vista pero que no compré porque me parecía cara, sólo que hoy está de rea, o sea, de promoción, en menos de la mitad del precio (antes costaba 698 coronas y ahora 249, equivala a 100 respectivemente 35 dolarcitos más o menos...), y además sólo queda una. Y sí es un buen precio, y sí me gusta la chompa, y sí necesito una buena chompa de invierno. Y por supuesto salgo comprándola. Más un par de jeans a mitad de precio. Son preciosos y me quedan bien. Y sí necesito otro par de jeans...
Como que no fuera suficiente, mi querido latino ayer me compró un par de botitas (con taco, y yo que casi nunca utilizo tacos) que sí admito no eran necesarias, pero que me gustaban. Otros noventa dolaritos más. Pero eran de cuero.

Mi única excusa es que siempre busco la ropa en promoción, y eso sí: hay promociones buenísimas aquí, nada que ver con las tiendas ecuatorianas, compré poca ropa en Ecuador y creo que me salió más caro que aquí, nunca vi ninguna promoción que valía la pena.

Así que veremos como me irá con mis ideas de comprar menos ropa. Pero me consuela que pagué tan sólo 500 coronas (más o menos 70 dolares) por una buena chompa y un par de jeans; hay personas que gastan más en una sola camisetita. Y sí estoy contentísima con mi nueva ropita...
.
.

martes, 6 de enero de 2009

Para Johan... mi profe preferido...

.
Es un verdadero caballero, del tipo que te abre la puerta, que sabe tratar bien tanto a mujeres como a hombres, que se expresa con elegancia y que siempre lleva terno. Mide casi dos metros, fuma pipa y anda con el cabello medio despeinado. Procura aprenderse tu nombre - y los de tus cincuenta y más compañeros - y siempre saluda si se topan por los corredores de la Universidad.
Si le contestas una pregunta mal no soñaría con decírtelo, más bien dice algo como "podría ser así, pero esto me suena mejor..." Siempre está dispuesto a ayudar y atender a cualquier inquietud de sus estudiantes, sea hora de consulta o no, y no le gusta llegar tarde a una cita porque no quiere tenerle esperando a nadie.
Es medio olvidadizo pero muy cumplido y tiene una letra tan ilegible que ni siquiera él mismo logra decifrar lo que ha escrito. Habla un español adorable, muy peninsular tipo académico, pero asegura que tus expresiones ecuatorianas (o mexicanas, o madrileñas) son "encantadoras".
Parece a veces todo despistado, pero al final cierra cada una de sus clases con elegancia. A pesar de que es un hombre ocupado, se toma el tiempo de ayudarte y trata una tesina como que fuera una tesis de doctorado.
Es un académico en el buen sentido de la palabra, le fascinan los idiomas y la enseñanza. Es inteligente y además sábio (dos características que no siempre se ven juntas). Se interesa por tu tesina de corazón, la discute con bases y siempre logra encontrar el punto crucial.
Es, a pesar del puesto que ocupa en la Universidad, a pesar de los libros que ha publicado, a pesar de los países y personas que conoce, una persona humilde y sencilla.
Gracias a él (y a mis compañeras excelentes), el hacer mi tesina me resultó mucho más interesante, agradable y fructífero de lo que yo pensaba. Ojalá hubieran más catedráticos como él.
.

lunes, 5 de enero de 2009

Llegó el invierno

.
Ayer salimos a patinar en el lago al frente, mi querido latino y yo, y no patinó nada mal, considerando que fue por primera vez en su vida. Hace ocho grados bajo cero, ayer por la noche bajó hasta once. Supongo que es difícil imaginarse cómo se siente el frío para una persona que nunca ha experimentado más que tal vez, a lo mucho, cero grados. Para salir al trabajo, o sea para caminar afuera 10-15 minutos, me pongo doble pantalón, chompa y, por supuesto, gorra, bufanda y guantes. Para salir a patinar me puse tres pantalones, dos camisetas, un saco, chompa, bufanda, dos pares de guantes (pero si tienes un par que sea bueno, basta con un par), gorra y bufanda. Pero la cara, en cambio, no la puedes proteger por mucho que te pongas chompas y gorras. Mi nariz parece que se vuelve un cubito de hielo y moqueo constantemente, pero lo más chistoso es que las mejillas se me saben “congelar” hasta el punto que se me hace difícil articular las palabras, por qué eso pasa no sé exactamente, pero parece que los músculos se congelan.
Llevamos casí una semana con temperaturas de 5 a 10 bajo cero, así que el lago está bien seguro ahora, y había un montón de gente caminando y patinando sobre el hielo este fin de semana. Nevó un poco el sábado, justo lo suficiente para que uno no se resbale si uno quiere caminar, pero todavía hay como patinar sin problema.
Uno se imagina que el hielo es blanco, como el hielo de las arenas de hockey o de patinaje. Pero en realidad es tranparente, y parece blanco sólo porque abajo del hielo el fondo es blanco. El hielo del lago, en cambio, se ve negro. Es negro y bonito, y abajo se puede ver fisuras y burbujas atrapados, parecen bolitas de cristal. Además el hielo suena - en sueco decimos que el hielo canta - debido a las tensiones que se crean en el agua cuando se congela (porque el hielo ocupa más espacio que el agua), a veces se produce un sonido fuerte, parece que el hielo se va a romper...
Yo soy friolenta y por lo general no me gusta el frío, odio cuando mis pies se congelan (que me pasa a cada rato en el invierno, hasta dentro de la casa) y tener que llevar papel para sonarme la nariz a todas partes, pero tengo que admitir que hay algo en el invierno y el frío que me atrae. Es tan brusco el frío, tan fuerte que te deja sin alternativas. Tienes que vestirte bien, si no te congelas, así es y punto. Muestra que los humanos no somos los reyes de la naturaleza, tenemos que aceptar el clima y adaptarnos. Además es bien rico primero salir a patinar una hora, y después, todo congelada, llego a la casa, entro al calor, tomo una tazota de chocolate caliente frente a la chiminea prendida... Eso es vida.

Debo terminar por destacar que mi ciudad no es la más fría de Suecia, más bien Estocolmo queda un poco al sur, y un norteño, al leer mis palabras seguramente se reiría y diría, “chii, niña, tú hablas del frío, como que menos once grados sería una gran cosa... ¡aquí tenemos de veinte grados para abajo!” Y tendría toda la razón...
.