martes, 13 de octubre de 2009

Octubre...

Lluvia mezclada con nieve, bufanda y gorra pero las manos congeladas (anoto en mi lista mental de cosas que hacer: buscar guantes), menos mal que viene rápido el bús. Dos grados más cero y un viento tenaz. Vivo en uno de los países más desarrollados, democráticos, tranquilos... Pero a veces me pregunto por qué...

miércoles, 7 de octubre de 2009

Nuevos pasos

"Treinta años de aquí, te tocará ir a tus reuniones y leer tus libros en silla de ruedas." Así me ha dicho mi novio como argumento porque debo entrenar. Es drástico, mi novio, pero en algo tiene razón: para estar bien es importante cuidar el físico y no sólo la mente. Así que después de muchos intentos de persuasión de su parte y mucho cargo de concienca de mi parte decidí empezar de entrenar (de nuevo, porque antes nadaba pero fue hace más de cinco años).

Compré la tarjeta hace una semana y he ido tres veces, una vez (la primera) acompañada por mi novio y dos veces sola. Lo raro es que ahora no lo siento una obligación, sino algo divertido, algo que disfruto!

Yo entreno en Friskis&Svettis, una organización sueca que ofrece gimnasio y entrenamiento en grupo en más de cien municipios de Suecia. Tiene casi medio millon de miembros, con otras palabras: 4,8 porciento de los suecos son miembros de Friskis&Svettis. Y ahora existe hasta en otros países, entre ellos Noruega, Bélgica, Inglaterra y Francia. Lo especial de Friskis&Svettis es que - además de ser tan grade - también es una organización deportiva sin fines de lucro. Tengo que pagar para ser miembro, pero el dinero gastan en instalaciones deportivas, maquinaria, etc. Los instructores y los que trabajan en la recepción todos son voluntarios.

Si uno quiere entrenar en grupo tienen mucho que escoger, yoga, aerobics, baile, core, "spinning" y mucho más. También tienen entrenamiento para embarazadas, madres con bebés y familias. Hoy fue a mi primer clase de "jympa" (es como aerobics pero menos complicado...). El instructor era un señor entusiástico de unos cincuenta años, se parecía un poco a Hannibal Lecter de la película El silencio de los corderos (sólo que más alegre y agradable). Saltaba, cantaba y silbaba cuando quería animarnos o que le prestaramos atención. Bailaba y movía las caderas de forma que le hubiese dado envidia hasta a Sandro. Me hizo reír y realmente disfruté el ejercicio. Tengo ganas de ir otra vez.

Lo bonito de entrenar en Friskis&Svettis es que hay todo tipo de gente allí, jovenes, abuelitas, gordos, flaquitas, novicios, expertos... Y si es que me quedara en silla de ruedas, pués no es un impedimiento, porque también tienen clases para personas discapacitadas...