lunes, 31 de marzo de 2008

La obsesión de los suecos

Imagínate un país donde todos tienen miedo a conversar de temas polémicos con personas no conocidas. Estás en la parada de bús, el bús no viene y al lado tuyo está un vecino que no le conoces tan bien. ¿De qué hablas? No puedes hablar de religión, porque -apesar de que casi todos son ateos- no sabes si el vecino es religioso, y puedes ofenderle sin querer. Peor de política, porque el vecino tal vez no esté de acuerdo contigo y se sentirán mal los dos. Bueno, hay un tema que no causará problemas, un tema que además nos encanta discutir a los suecos, un tema al que estamos obsesionados... El clima.

Si piensan que Suecia es un país frío, se equivocan. Suecia es un país que a veces es frío, pero también es cálido, lluvioso, helado, con sol, lluvia y nubes, un país oscuro y lleno de claridad. Porque tenemos primavera, verano, otoño e invierno, y todo cambia con la temporada. Vivo en Estocolmo que queda casi por la mitad o un poco al sur de Suecia. En el invierno puede hacer menos 15-20 grados, en en verano más 30. Además hay la cuestión de la claridad. Como estámos en el norte, los días no son igual de largos todo el año. En el invierno tenemos apenas cinco horitas de claridad al día, en el verano, en cambio, el sol sale a las tres de la mañana y se pone a las once de la noche (en el norte de Suecia es aun más extremo, allí están sin sol unas semanas en el invierno, y sin noche unas semanas en el verano).

No sólo la naturaleza cambia, sino también la gente. Ayer fuimos mi novio y yo a dar un paseo, hacía un bonito día, 10 grados y bastante sol, ya parece primavera. Parecía que toda la vecindad estaba afuera, paseando o tomando sol en algún banco, todos alegres, sonriendo, conversando... Con un poco de calor viene el ambiente otra vez a Suecia. Parece otro país.


Las gradas fuera de mi casa, foto tomada hace exactamente una semana (el 24 de marzo).


El mismo lugar hoy por la tarde.



Ayer, dando un paseo: las florcitas ya están saliendo.

Con estos cambios dramáticos, no es tan rara nuestra obsesión con todo lo que tiene que ver con el clima. Así que la conversación allí en la parada del bús, ya sabemos de qué se tratará...
Tú: Ya está haciendo un poco de calor, ¡qué bonito, no!
El vecino: Aha, se nota que el sol ya calienta.
Tú: Dicen que toda la semana va a hacer sol...

lunes, 24 de marzo de 2008

Achachay

¿Por qué será que tengo siempre las manos y los pies superfríos? Parezco muerta, en serio. En casa siempre ando con medias gruesas y chancletas (porque en Suecia nunca se tiene zapatos dentro de la casa - cuando visitas a alguien es muy maleducado no sacarte los zapatos, les digo para que no metan la pata si algún día vienen a Suecia). Ahora, en la temporada fría, siempre llevo guantes afuera. No importa. Tengo las manos heladas y los pies igual. Hasta los dedos de mis pies a veces se congelan y pierdo el tacto - ¡y eso ni siquiera estando afuera en el frío sino en casa con calefacción y todo!
¿Qué será? ¿Alguien tiene algún remedio?

martes, 18 de marzo de 2008

Hoy soy garza

Cuando estás con alguien de otro país y otra cultura vas a descubrir que sí hay algunas diferencias… No necesariamente son importantes. Por ejemplo me importa poco cómo él come su huevo duro en la mañana.


Huevo duro a lo ecuatoriano, con sal y pimienta...



Huevo duro a lo sueco, en una copita de huevo...


Más me importaba que él, al conocernos, era poco cumplido. Cuando él decía que me iba a llamar en cinco minutos, yo sí pensaba que cuando hubiera pasado cinco minutos mi teléfono empezaría a sonar. Muchas veces no lo hacía y me solía enojar con él. Teníamos problemas de este tipo, hasta tranquilamente sentarnos a hablar el uno con el otro: “Yo, de tí, espero que...” “No es porque no me importes, es porque estoy acostumbrado a...” etc, hasta llegar a compromisos y soluciones que podíamos aceptar los dos. Felizmente, él – al igual que yo – estábamos (y estamos) preparados a aprender las cosas buenas de la cultura ajena.

De la misma manera que hay diferencias que pueden causar problemas hay otras que me provocan ternura y alegría. Los suecos no somos acostumbrados a utilizar un montón de nombres de cariño (ni apodos). Si te llamas Saga, todo el mundo te dice Saga, y ya. No te dicen Saguita, chiquitica, amorcito, bonita... Pero, aún medido como latino, creo que mi novio es exepcional en su costumbre de inventarse nuevas maneras de mostrar su cariño. A diario se inventa nuevos nombres. Todos los animales con cuellos largos o patas largas, en especial las aves, son parecidos a mí (¿tendrá que ver con mi constitución flaca y alta...?), por lo tanto soy garcita, cisne, girafa... En Galápagos me convertí en pelícano. Después de un programa de deportes, en galguito (como les dije, soy flaca). Y hoy se estaba riendo solito, leyendo las noticias de elcomercio.com, después me vino a besar la frente, dicendo: “No eres la franja de Gaza, sino una ¡garza de franja!”.

(Si por acaso piensan: “Qué tipo más malcriado, diciéndole galgo a su novia”, quédense tranquilos, todo lo que me dice es por cariño, y, además, ¡me encanta!)

sábado, 15 de marzo de 2008

Vacaciones y estudios

Semana santa, vacaciones... Mañana iremos a Gotland, una isla (la más grande de Suecia) en el mar Báltico. Allí mis papás tienen una casa del campo, allí encuentro paz y tranquilidad. Aúnque este año es full estudio que me espera, metida como estoy en la producción de lo que se llama “tesina”... o sea, una mini-tesis. Mi campo es el de la traductología, más específico estoy analizando la traducción al sueco de la novela ecuatoriana “Huasipungo” escrita por Jorge Icaza. A parte de mi computadora llevaré como diez kilos de libros...

En estas fechas el año pasado mi novio y yo estabamos en Ecuador con su familia, comiendo la fanesca con molo y dulce de higo, (¡qué rico!) y planeando nuestro viaje a las islas Galápagos. Las cinco semanas que pasamos en “las islas encantadas” fueron unas de las más lindas que he pasado en mi vida. Son mi remedio cuando el invierno sueco se vuelve demasiado deprimente... :) Este año, en cambio, pasaré en otra isla encantada, aúnque muy diferente. Vean si quieren:

Fotos de Gotland.