domingo, 22 de junio de 2008

Midsommar

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Los suecos somos muy, pero muy, normales. Alrededor del 20 de junio (varía un poco con el año), nos tiramos todos al campo, salimos de las casas al pastoral más cercano, levantamos un palo grande que simboliza la fertilidad (tiene forma de pene) y cantamos canciones diciendo cosas como Las pequeñas ranas son chistosas, Todos somos llorones, o Así hacemos para sembrar el campo mientras bailamos alrededor del palo. Se suele decir que midsommar es el verdadero día nacional de Suecia.

Después comemos la comida típica, pescado, salmón, en la noche muchos hacen asados si el clima lo permite. A algunos les gusta chumarse (en mi familia por lo general no, pero pregúntenle a la Marce).

En la noche disfrutamos la claridad y los sancudos disfrutan la sangre humana que se ofrece en cada jardín. Antes de dormir las chicas cogen siete flores (tienen que ser diferentes tipos), ponen debajo de la almohada y después sueñan con su futuro esposo.

Así se festeja el midsommar sueco.

Mi familia y yo fuimos donde mi hermana mayor que se ha comprado una casa con su marido en las afueras de Norrtälje, en el campo. Juzgando por el tráfico, como la mitad de Estocolmo también se fue allá. Hicimos todo lo de arriba (menos chumarnos), hacía bonito día y hasta fuimos a nadar (aunque después nadie quería meterse porque el agua estaba helada). Mi novio y yo dimos un paseo a las doce de la noche, el cielo estaba clarito, pero no cogí las siete flores, ya sé con quien me voy a casar (imagínense si hubiese soñado con otro, qué dilema...).

Pasé en familia, en el campo. Pasé bien. Hasta canté y bailé Las pequeñas ranas con gusto (ese baile mi novio lo llama "el baile del pollo", porque según él, todos saltan y gritan como pollos). Y por más loco que parezca el midsommar sueco, sí es bonito. Las costumbres pueden parecer chistosas, pero lo que me gusta es que tienen raíces muy antiguas. La Navidad y la Pascua también tienen raíces desde antes que éramos cristianos, pero midsommar es la única fiesta pagana pura. La única fiesta que los cristianos no pudieron secuestrar y hacer suyo...
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jueves, 19 de junio de 2008

Coincidencias futboleras


Fútbol, fútbol, fútbol... Si no es la Eurocopa son las clasificaciones para el Mundial. Suecia ayer perdió contra Rusia y ya no jugará más. Ecuador empató con Colombia en casa. No les va tan bien a mis selecciones preferidas. Pero hace ya más que un año, hubo un acontecimiento especial. Al Estadio Olímplico Atahualpas, donde iban a jugar las selecciones de Ecuador y Suecia, se fueron tres chicas: una Chaulafanita, una futura Au Pair y una garza humana. Las tres eran muy diferentes, no se conocían entre sí, pero tenían en común un amor suficientemente fuerte para traspasar el atlántico... Ellas dos estaban con Ecuador. Yo estaba con Suecia. Ahora, más que un año después, nos hemos conocido por este espacio virtual. Son coincidencias de la vida...

¿Y cómo terminó el partido? 1-1. Tal vez fue el mejor resultado...

lunes, 16 de junio de 2008

A petición enredal

Para comprobar que sí vivo en Suecia, y para complacerle al pana Enredo, complemento el post anterior con esta foto. Cinco Volvos a la vez.

Verano

El clima sueco es imposible de predecir. Hace un par de semanas hacía un calor que parecía que estábamos en julio y no en mayo. Ahora hace un poco más de frío (15-18 grados), el cielo está nublado y a veces llueve. Pero tengo fe de que ya mismo viene el calor otra vez, porque así mismo es el verano sueco. Y nada nos puede quitar las noches claras que tanto me encantan. Faltan cuatro días para "midsommar", el día más claro del año aquí en Suecia. En esta época en realidad no oscurce totalmente. Aquí en Estocolmo tenemos sol desde las tres de la mañana hasta las diez de la noche, pero las horas sin sol tampoco están oscuras, siempre hay claridad. En el norte de Suecia, a estas épocas el sol no se pone nunca. Desde el 30 de mayo hasta el 21 de julio tienen sol 24 horas al día. Mis papás tienen una amiga que vive allí que estaba de visita aquí y contó como la claridad hace confundir. Dice que a veces a algún vecino se le ocurre podar el cesped a las dos de la madrugada (por no darse cuenta de la hora), que los niños juegan y juegan y nunca quieren ir a dormir...

No voy a hablar más de la claridad. Por mucho que hable, creo que no se puede entender qué significa y cómo se siente sin haber estado aquí, al igual que no se puede entender cómo es estar en la playa en Esmeraldas con una Pilsener fría o comiendo sandía... O cómo es estar en Galápagos nadando con los lobos de mar... Simplemente son cosas que tienes que vivir para saber bien cómo es. Y sin embargo estoy aquí tratando de explicarles cómo me siento...

He pasado trabajando sin mucho tiempo para pasar en mi blog. El verano ha llegado a Estocolmo, y con él mi otro trabajo, ya que además de ser dependiente de una librería, trabajo en los barcos turísticos que hacen paseos por el mar báltico y el lago Mälaren alrededor de Estocolmo. Estocolmo está literalmente construido sobre islas y el agua traspasa por todos lados (por eso a veces se dice que Estocolmo es “la Venecia del Norte”). En esa agua los turistas pueden hacer “tours” con los barcos de la empresa donde yo trabajo, pero los barcos también los alquilan empresas o personas para hacer fiestas o transportes a conferencias, etc. No sé cómo se llama mi trabajo en español. En inglés es “deckhand”, ¿sería marinero o algo parecido en español? Lo que hago es checkear y mantener el motor, limpar el barco, contar y atender a los pasajeros, amarrar y cerrar el barco, ayudar cuando pasamos las esclusas, en fin, ayudar en todo al capitán, incluso manejar el barco de vez en cuando. Esta es mi tercera temporada en los barcos, vuelvo porque me gusta el trabajo y me ofrecen trabajar de lleno (y más) pero con tiempo libre. Eso porque trabajamos siete días seguidos y después tenemos siete días libres, así puedo tener “vacaciones” a pesar de que trabajo jornada llena. Esto es posible puesto que los días que trabajamos tenemos jornadas largas de 10-14 horas. Por eso no hago mucho más que trabajar las semanas que trabajo, y el tiempo para, por ejemplo, pasar en el blog es muy limitado... Aunque parezca duro trabajar 12 horas seguidas, no lo es siempre, ya que parte de mi día paso así:



Además han sido días de fiesta y festival aquí en Estocolmo. En esta época se graduan los estudiantes del colegio, cosa que festejan yendo en trailers, tomando, gritando y cantando, vestidos con sus gorras blancas características. El 6 de junio es día nacional de Suecia, ese día yo trabajé y vi las celebraciones fuera del palacio real (paso por allí con el barco). Ese día fui (después de trabajar) al “festival de comidas” en Kungsträdgården (un parque por el centro de Estocolmo) con unos amigos. Les dejo un poco de fotos, disculparán la mala calidad, la mayoría de las fotos están tomadas con la cámara de mi celular que no es muy buena. Pero las publico de todas maneras para refutar el mito de que Suecia es un país apagado, tranquilo, sin ambiente...


Estudiantes festejando...


Dos grupos tirándose alcohol el uno al otro

La gente sale a ver las caravanas


Festival de comidas "Smaka på Stockholm" en Kungsträdgården


Mi amorcito aprovechando el festival para comer carne con papas y menestra


Yo con un coctel bien merecido después de un día de trabajo... ¡Qué rico!


Día nacional de Suecia


Esperando a que suelten los 50 000 globos frente al Palacio Real


El Palacio Real visto desde mi barco

El barco "Götheborg"

Uno de los cruzeros que visitan a Estocolmo


Barquitos que vienen a ver cuando salga Götheborg


Estocolmo floreciendo


Y por último: una foto de mis sandalias favoritas... :)

miércoles, 4 de junio de 2008

Incógnita

Por coincidencia, resulta que el mismo día que Ximena se gradúa como doctora, esta garza exótica también presenta y defiende su monografía y se gradúa... Así que ahora soy "Bachelor of Arts" (no sé la palabra en español) de español y literatura. Aunque me quedo corta en comparación con la PhD Cabezas, igual me siento contenta con la prestación, porque sí ha sido un trabajo duro a veces.

Estos últimos tres días de oposiciones han sido de muchas experiencias nuevas e inesperadas. Son tantas cosas que no sé de qué escribir o por dónde empezar. Podría empezar por la directora arrogante y sarcástica que organizó las oposiciones, o podría empezar por los nervios que en el momento de presentar mi trabajo y contestar las preguntas se deslieron y dejaron lugar a una sensación de "esto sí lo sé" y las palabras que parecían salirme (¡en español!) sin problemas... Que los 45 minutos que yo había temido tanto, al final me parecieron cortos, que hubiese podido seguir hablando y contestando preguntas, que me sentía segura de mi trabajo y de mi capacidad de explicarlo... O podría empezar por la sensación contradictoria de alivio y dudas que nos quedaron a todas las amigas de mi grupo después de las oposiciones (por partes debido a la directora pésima), las discusiones y chismes después del seminario, tomando sol en el cesped fuera de la Universidad...

Podría hablar de eso, pero hoy no lo haré. Sin embargo pasó una cosa que me dejó totalmente intrigada, y esa cosa quisiera compartir con ustedes. Durante estos días hemos tenido una sesión en la mañana con tres ponentes y una en la tarde con uno o dos ponentes. Yo expuse hoy en la mañana con otra chica (o sea, no expusimos juntas, sino primero ella y después yo). Pero el tercer ponente no llegó y así la pausa entre las dos sesiones se hizo muy larga. Lo comenté con una amiga que se llama Hanna que hubiesemos adelantado la presentación de la tarde para quedar todos libres mas antes, pero después concluimos que eso de la oposición es una cosa formal y pública y que por lo tanto hay que seguir el horario anunciado, por si acaso alguien quiera venir a escuchar. Y después dijimos, riéndonos "como si a alguien le intresara venir a ver la presentacíon de unas monografías" (porque en realidad, a esas presentaciones sólo suelen ir los estudiantes, la directora y los tutores, no es una cosa grande) . Imagínense nuestra sorpresa cuando regresamos al aula y vemos que entre la gente sentada hay una señora desconocida que no pertenecía al grupo. Empezó la presentación, las preguntas, todo como siempre, después de una hora todo ya terminó, salimos conversando sin pensar más en la señora desconocida. Fuimos las cuatro de mi grupo tutorial a sentarnos en el cesped a conversar y tomar un poco de vino para festejar que ya habíamos terminado. Después de muchos otros temas salió otra vez el tema de la señora desconocida. Entre las cuatro chicas Lisa, Hanna, Li y Saga se realizó la siguiente conversación:

Hanna: ¿Y quién fue esa señora que estaba en la última presentación?
Li: ¿Qué, cuál señora?
Lisa: ¡Cierto, me olvidé de decirte, Saga!
Saga: ¿Decirme qué?
Li: ¿Pero cuál señora?
(Hanna le cuenta a Li de la señora desconocida en la clase, ya que Li no había estado presente en la última sesión.)
Lisa: Es que cuando llegué al aula sólo estaban Vanesa, que iba a exponer, y esa señora, y ella tenía tu monografía es su mano, Saga, y...
Saga: ¿La mía?
Lisa: Sí, había imprimido tu monografía y nos preguntó cuándo la ibas a exponer y le dijimos, pues, que ya habías expuesto en la mañana, y nos miró con cara de desepcionada y dijo algo como "me eqivoqué de hora".
Saga: Pero, ¿qué entonces? ¿Había ido para ver la presentación de mi monografía?
Lisa: Así me parece.
Saga: Pero no me dijiste nada. Hubiese hablado con ella.
Lisa: Disculpa, es que después me olvidé...
Saga: ¡Qué raro! ¿Quién sería?

Así que me quedé con las dudas. ¿Quíen fue esa señora? ¿Por qué quería ver mi presentación? ¿Vino porque le interesaba el tema, que en realidad es un tema sin mucho interes popular? ¿Cómo se enteró de que iba a exponer? ¿Me quería preguntar algo, o quería criticarme? Con esas preguntas estoy todavía, y la verdad es que la presencia de esa señora me dejó con muchísima curiosidad. ¿Qué creen ustedes?