Vine hace una semana. Hace sol, hace calor, no llueve por nada, me siento feliz por estar allí pero también hay muchas cosas que me dan tristeza, y, para ser sincera, otras más que me dan rabia.
Fuimos a Manta a visitarle a una prima de mi querido latino, regresamos a Quito hace cuatro días. A pesar de los días nublados me quemé la espalda, pero sólo la mitad, no sé cómo lo logré, ahora me pica y está pelándose.
En Estocolmo tienen nieve ya, parece que tendrán una Navidad blanca por primera vez en bastantes años. No sé si debo o no extrañarlo, aquí como que no fuera Navidad, no porque falten propagandas navideñas y decoraciones, sino que no me cabe en la cabeza que puede ser Navidad sin frío, lucecitas en las ventanas, lussekatter y olor a glögg... Todo es costumbre, supongo.
Me siento abrumada, tantas cosas en tan poco tiempo. Hoy me senté a leer sus blogs, hay tanto que quisiera comentar pero hoy no me salen las palabras con facilidad. Tengo cosas que contar pero será otro día.